martes, 1 de marzo de 2011

¿Es neutral y desinteresada la creación científica?

Estuve leyendo un libro del sociólogo francés Pierre Bourdieu llamado 'Los usos sociales de la ciencia'. Aunque difícil de seguir para un lector sin formación en el área como lo soy yo, el libro pone en claro que el espacio de la creación científica es un lugar de disputas internas para apropiarse del capital especifico que no es otra cosa que el prestigio o el tener la palabra autorizada en un área determinada.
 Bourdieu utiliza un concepto que desarrolló para otras investigaciones, el de campo, para identificar a la investigación científica como un espacio de disputas con reglas de juego propias (y esencialmente diferentes de las del resto de la sociedad). En este sentido el campo científico seria el espacio donde los científicos buscan acumular un capital propio, por ejemplo de prestigio, que les permita posicionarse por encima de los otros. Este capital podría acumularse tanto ocupando puestos burocraticos en la jerarquia de las instituciones cientificas (participar de comisiones evaluadoras, dirigir institutos, proyectos, subsdios, etc) o en forma más intrínseca obteniendo la valoración del resto de la comunidad cientifica por los aportes que este investigador hace a su disciplina.

Creo que las categorías de Bourdieu permiten comprender muchas situaciones con las que nos encontramos cotidianamente quienes trabajamos como investigadores científicos. Creo por otro lado, que su aplicación a la investigación en países dependientes como el nuestro requiere tomar en cuenta particularidades que han sido estudiada por varios pensadores locales, como Oscar Varsavsky y Pablo Kreimer más recientemente. Por ejemplo ya que las líneas de investigación más importantes en un área se fijan en los países centrales, un investigador local que quiera obtener prestigio ´puro´ o intrínseco tiene que correr atrás de una zanahoria que se le adelanta constantemente y que el no puede manejar.

Me parece que una vez comprendidos estos aspectos de las construcciones de poder en la ciencia, tenemos que desarrollar estrategias para no quedar pegados en un discurso protestón y aburrido que inhibe nuestra creatividad no solo como científicos sino como individuos social y políticamente activos. Me refiero a avanzar sobre la protesta por el sistema de evaluación y por las presiones a las que estamos sometidos, con propuestas claras para desarrollar ciencia ´de otra forma´. Mi idea en un articulo previo era la de volver a la pasión original que nos motivo a estudiar ciencias. No quiero pecar de ingenuidad, pero lo que podemos hacer es buscar caminos paralelos de construcción científica que nos alejen del individualismo y del sectarismo que aparecen actualmente como el único modo de hacer ciencias. Me refiero a incentivar discuciones, seminarios, talleres o lo que sea que ponga en comunicación a investigadores de distintos grupos, institutos y aun disciplinas para generar temas de investigación que entrecrucen distintas formaciones. Me refiero a la busqueda de una construcción más horizontal donde no se espere la linea de un pope que nos diga que hacer. Entiendo que es un camino más sinuoso e indirecto probablemente sin resultados tan inmediatos. Pero estoy seguro que es más divertido y creativo. Por un lado nos obliga a profundizar nuestra formación especifica. Por otro nos impulsa a desarrollar estrategias de comunicación para que nos entienda el que no hace exactamente lo mismo que nosotros. Quizás este sea un paso previo para comunicarnos con otros actores sociales. O quizás simplemente sea un primer paso para no sentir que nuestros esfuerzos para formarnos como científicos están sólo dirigidos a una búsqueda individual sino que además  aporta a la construcción  de un conocimiento más colectivo y  posiblemente mucho más rico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario